Pensé que una frase similar a "yo qué puedo decir sobre el amor" iba a ser mi cita preferida hasta entrado los 30 o quizá hasta siempre. Pero la vida me dio un cachetazo, me empujó y en mi paso por el suburbio mental me encontré con Francisco. Saqué uñas y dientes , traté de defenderme de su ataque; aún asi me enamoré, cuando casi casi me entregaba al celibato fotográfico. Estaba muy altanera porque entendía que podía andar bien sola por ahi, sin tener que dar explicaciones y haciendo de mi cabeza un pozo con sapos y humedad. Pero ahora entiendo lo incompleta que fui todo ese tiempo..y que todas esas excusas no eran más que una negación a causa del miedo. Y cualquier cosa se responde cuando lo veo conmigo , durmiendo como un niño sobre mí... Justifico cada porción de Mierda de este mundo, cuando escucho su voz.Porque descubrí que ahí se crea el equilibrio mundial, entre lo malo y la belleza.
Compañero...
hombro con hombro en este mundo atroz.